Alfredo Fressia


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bio/biblio:
Alfredo Fressia nació en Montevideo (Uruguay) en 1948. Profesor de Literatura, se desempeña también como periodista cultural. Es traductor de poesía brasileña al español y es Editor la revista mexicana de poesía La Otra. Ha realizado conferencias, seminarios, cursos en la Universidad de São Paulo, Univ. Autónoma de México, Marshall, WV, Ohio State University, Fundación para las Letras Mexicanas. Ha participado de festivales de poesía en Uruguay, Brasil, México, República Dominicana, Colombia, Chile, Nicaragua, Argentina, entre otros. Su obra, premiada y traducida a varias lenguas, incluye títulos como Un esqueleto azul y otra agonía, 1973; Clave final, 1982; Noticias extranjeras,1984; Destino: Rua Aurora (Brasil, 1986 y 2012, en Uruguay, 1997, en México, 2012); Cuarenta poemas, 1989; Frontera móvil, 1997; El futuro/O futuro, Lisboa (Portugal), 1998, y Brasil, 2012; Veloz eternidad,1999; Eclipse, 2003, reeditado por Alforja-Conaculta en México , 2006; Senryu o El árbol de las sílabas, 2008; Ciudad de papel, 2009; El memorial de hombres que me amaron, México, 2012; Poeta en el Edén, 2012, en México (La Cabra Ediciones) y en Uruguay (Civiles iletrados). 


poemas:


POETA EN EL EDÉN

No, Señor,
nunca huiré del Paraíso, tengo en mí
la leche eterna de los padres y los hijos,
y escribo poemas para la nostalgia.
No, Señor,
nunca seguiré el rumbo imprudente
de los cuatro ríos, el que impele a los nautas
hacia el mar de monstruosas criaturas.
Habían podado las ramas de oro
que brillaban en el árbol de la vida.
Y ahora me llaman como almas.
No, Señor,
nunca comeré del árbol prohibido.
Apreté tantas veces en mi mano
las frutas suculentas. Aspiro
los perfumes seductores,
—Et d´autres, corrompus, riches et triomphants—
Nada sabes de mis íntimos
paraísos artificiales, y te ofrezco las costillas
húmedas y turgentes
para que sigas modelando al mundo
mientras duermo.
Soy un niño inmenso
escribiendo dócilmente en el barro del Edén.
Tengo un muñeco de porcelana blanca.
Balbucea.


CALLE RONDEAU

Fue cuando descendía por la calle Rondeau,
ocupo mi cuerpo como si él fuera un arcano.
Supe que entre el exilio
y la sinuosa ceremonia del exilio
huye el poema, resbala
Rondeau abajo
y yo lo sigo, lo acecho
hasta llegar al mar como a un destino.
Le hice tantas preguntas, sentado
al borde de los muelles. Me miro
los pies descalzos mientras oigo
mis preguntas deslizarse a mis espaldas
sobre la certeza silenciosa de los rieles
y la respuesta de los durmientes.
Practiqué muchos años
la ceremonia del té
y ahora desciendo la calle Rondeau,
soy recóndito, llevo
los hijos que no tuve arropados bajo el saco.
Los protejo de ese viento del mar
que hunde en la bruma el viaje persistente de los genes.
Sólo después cruzaré Agraciada
y tendré que reconstruir la calle Rondeau,
como si volviera a los nísperos de la infancia
o los del insomnio. Correré
sobre el cordón de la vereda
y pasarán la zapatería La Molicie,
la ferretería La Fuerza del Destino,
la marmolería El Pensamiento,
y Cecilia me contará de la carbonería La Venus de Milo,
la vez que la asustó el camafeo gigante.

Yo sabía que alguien me acechaba,
alguien me observa frente al mar
porque soy y seré sin para qué, soy
más allá de la gracia de un Dios
y de las obras, como los corales
que no existen en la bahía
de Montevideo,
o como yo mismo
que tampoco existo
bajando la calle Rondeau
por mi cuenta y riesgo
sin otra red para saltar los años
y la calle Agraciada
sino este amuleto que compongo,
como si fuera un poema,
entre el té y las rosas té,
la íntima ceremonia de los rosales
hundidos en el mar
adonde hoy llego como la noche,
como los siglos,
como Antonio Luis Cortés Varela
y María Angélica Zambroni García
llegaron en un tren del 10 de mayo de 1966
para que él la besara, y después mamaba
en sus senos antiguos,
la asía con sus brazos
tensos de obediencia y mundo, apretaba
la palanca del tiempo,
cavaba con el pene, con los dedos, con la boca
como para hundirse en un tiempo
sin tiempo en que flotaba,
tal vez el mismo vientre, o aun antes,
y lloraba
de placer, decía,
lloraba frente al cuerpo
intransponible y dócil
y el coral del semen se le abría
para entregar la semilla que si germinara
haría nacer al mismo hombre
que baja la misma calle Rondeau,
siempre el mismo, desde la caverna
o antes. O desde las bóvedas de la ciudadela,
adonde ahora me refugio, acuno
a mis hijos no nacidos
y me abrazo a las rodillas
de todas las estatuas en la estación central
para que no me expulsen, ni impregnen mi tierra con sal estéril
ni maldigan otra vez mi estirpe
por las siete generaciones
que vigilan mi poema
y vuelva a cumplir mi ceremonia.


NO

(...)
Reverrai-je le clos de ma pauvre maison,
Qui m'est une province, et beaucoup davantage?
Joachim du Bellay


Ni cuando se olviden todos mis poemas
esqueletos del alzheimer,
secos como los tamarindos de la playa, el año
que los encontramos hechos pasto de termitas,
y porque el tiempo hace girar lenta la cuchara
en el plato de sopa de los viejos,
y son 26 letras impasibles de alfabeto.
Y cuando acabe de morir el mártir que me habita
atravesado por el venablo cierto
del que cambió los años por monedas
y registra los segundos que me restan
y aunque el ángel pertinaz de mi pobreza
vuelva otra vez como los mitos
o el perdón y la sangre
por la mano extendida con que espero.
Ni aun así.


sitio web:

http://alfredofressia.blogspot.com/

2 comentarios:

Hugo Medrano dijo...

Saludos desde Guadalajara,México, estimado don Alfredo Fressia.

Soy el Dr. Hugo Medrano, prof-investigador de la Universidad de Guadalajara, y me estoy comunicando con usted porque yo decidí tomar el reto que plantea en el capítulo "El narco y las letras" de su libro CIUDAD DE PAPEL.

De tal manera que me estoy comunicando con usted para saber si quiere hacer una introducción a mi libro que tentativamente lleva el título de su artículo y un subtítulo que dice "Para estar a la moda".

Muchas gracias por su amable respuesta a mi correo
hmedrano2@gmail.com

Atentamente
Dr. Hugo Medrano

Anónimo dijo...

2412dice
Alfredo:por casualidad,mi sobrino encontró en la computadora el libro CIUDAD DE PAPEL.Te escribe Beatriz Cuinat.Compramos el libro y te queríamos felicitar por él,y las referencias a Jorge.Me encantó el libro.Saludos y éxitos.Te los mereces.